viernes, 5 de agosto de 2011

Discurso de Allende sobre educación y otros temas

Discurso del Presidente de la República de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens en el acto de inauguración del año escolar 1971, realizado en Santiago el 25 de julio de 1971, en el Estadio de Chile



EDUCACIÓN PARA LA DEMOCRACIA
Estoy aquí para conversar con Uds., alumnos, maestros, padres y apoderados en mi doble calidad de abuelo que tiene un niño en la Educación Básica, y de Presidente a la Comunidad Educacional. Destaco la importancia que tiene este acto, que se realiza por vez primera en nuestro país, y que además, alcanza realce excepcional porque están aquí, además de los padres, alumnos y maestros, los dirigentes del Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza, encabezados por el Primer Trabajador de la Educación, el compañero Ministro de Educación Pública del Gobierno Popular.
Saludo la presencia en este acto, de representantes de la Universidad de Chile y de la Universidad Técnica. Saludo la presencia en este acto del Señor Director de la Escuela Militar, Plantel donde se forjan los soldados de la Patria. Están aquí, junto a nosotros, los dirigentes de los trabajadores.

Personalmente, a lo largo de mi vida, tuve siempre vínculos que me acercan más y más a los maestros.

No pasé por la Universidad tras la búsqueda ansiosa de un título que me permitiera una vida material mejor. Tengo la satisfacción de haber sido un luchador universitario; de haber sido expulsado de la Universidad por defender procesos de reforma; de haber estado junto a los maestros a lo largo de mi vida pública, cuando plantearon su inquietud para hacer posible la transformación de la Educación o cuando lucharon por sus justas reivindicaciones.

Quiero tan solo recordar que el primer proyecto de ley que presentara como Diputado por Valparaíso, en 1937 fue un proyecto destinado a la alfabetización obrera y campesina, y que, para financiarlo, ponía un impuesto al hierro exportable. Como era de imaginarse en un Congreso con mayoría que no era la nuestra, este proyecto no fue despachado. Enseguida, en mi labor parlamentaria, muchas y muchas veces levanté la voz, sobre todo para señalar la importancia trascendente que los maestros chilenos habían tenido en el proceso de superación técnica y en el desarrollo de la Educación. Fustigué, en forma muy dura aquellos gobiernos que, sin comprender el sentido nacional y patriótico que encerraba la actitud de los maestros, recurrieron a la represión y expulsaron de la enseñanza a un número superior a los 300 maestros chilenos en una determinada oportunidad.

De la misma manera, intervine en los debates para defender el plan educacional de San Carlos y la creación de la Escuela Consolidada. Tengo la satisfacción profunda de haber presentado el proyecto de ley que crea la sección Norte de la Universidad de Chile en Antofagasta. Es decir, siempre, a lo largo de mi vida pública, estuve preocupado de los problemas de la Educación y junto a los maestros, en sus duros combates por mejorarla y por mejorar también su vida, su existencia.

No fue, entonces, una actitud electoral la que me llevó, hace año y medio o dos cuando los maestros estuvieron en huelga cerca de tres meses a participar como Senador del Pueblo, en todos los actos públicos y en las ollas comunes que levantaron para defender su dignidad.

RESPETO INTEGRAL DE LA PERSONALIDAD HUMANA

Este acto, se realiza en el comienzo del primer año educacional del Gobierno Popular, del gobierno de ustedes, que me honro en presidir. Quiero destacar la importancia que él tiene, ya que nosotros queremos hacer presente cuánta significación tiene y tendrá la presencia de Uds., en los procesos de transformación política, económica y social, por los cuales luchamos. Quiero, una vez más, hacer presente que estos profundos procesos de cambios a que Chile está abocado, sólo podrán realizarse con el apoyo integral de la comunidad, sobre la base del esfuerzo de un pueblo consciente, disciplinado, heroico en el trabajo, en la creación, y, por ello, indiscutiblemente que hay que destacar la importancia que tendrá la escuela y el maestro, sobre todo, frente a las dificultades que tendremos, porque hacer cambios es herir intereses y en el camino nuestro es el más duro, ya que tendremos que realizarlo dentro de los marcos de una legalidad democrático y burguesa, con el respeto integral a la personalidad humana y a los derechos sociales, frente a sectores que no trepidan en crear toda clase de dificultades a este Gobierno, pero que serán vencidas por la unidad, por la entereza por la decisión y por la voluntad revolucionaria del pueblo.

Para nosotros, toda sociedad debe ser una escuela, y la escuela debe ser parte integrante de esa gran escuela que debe ser la sociedad, pero no la tradicional, introvertida, satisfecha de una enseñanza que puede ser bien impartida, pero que no traspasa más allá de sus muros; porque pensamos en la escuela abierta, integrada a los procesos que la inquietan, preocupan e interesan a la comunidad. Eso es lo que anhelamos y eso es lo que saldrá del debate democrático que tendrán maestros, padres y alumnos, para hacer posible que esa reforma educacional que anhelamos sea el producto de una comunidad, comprendiendo la trascendencia que ella tendrá en el proceso del desarrollo de nuestra patria.

Pensamos que este proceso de discusión de los problemas educacionales, tal como lo hemos señalado, forma parte de una concepción amplia y auténtica de una verdadera democracia, en donde la mayoría del pueblo participe permanentemente y no sólo en forma ocasional, como ocurre hoy día, en donde el pueblo todavía es citado tan sólo en los actos eleccionarios. Nosotros ya hemos roto en gran parte esto, pero reconocemos que es fundamental avanzar, avanzar mucho más, y hacer que el pueblo esté presente en la etapa de construcción y realización, en las decisiones, en la acción, en la vigilancia y en el control de las actividades productivas, educacionales y en la acción del Gobierno.

Sólo así justificaremos lo que sostuvimos a lo largo de nuestras luchas cuando dijimos que el pueblo sería Gobierno. Y el pueblo será Gobierno cuando participe activamente en todas las actividades nacionales. Para hacer posible esa concepción democrática, debemos comenzar para establecer la igualdad de posibilidades para las nuevas generaciones. Nadie, menos yo que soy médico, puede sostener que todos los hombres son iguales. Y al decir hombre empleo genéricamente esta expresión.

De lo que se trata es de darles las posibilidades a fin de que todos tengan la misma oportunidad y dependerá, por cierto, de las condiciones individuales de cada cual, el que esta posibilidad sea mejor aprovechada o desechada. No se trata, entonces, tan sólo de que nosotros luchemos por los cambios, que implican que los medios de producción, en el nivel fundamental del desarrollo económico del país, pertenezcan a la comunidad, como lo hemos planteado al señalar la necesidad imperiosa de crear el área de capital social. Se trata de que, además, luchemos por hacer posible una distribución equitativa de los ingresos para evitar las injusticias de los grandes desniveles de un régimen y un sistema, que da a tan pocos, tanto, y que da tan poco a la mayoría.

Luchamos porque el hombre y la mujer de Chile, el joven, el niño y el anciano tengan derecho al acceso que les permitan alcanzar los niveles de consumo necesarios para satisfacer las necesidades esenciales. Señalamos que nuestro pueblo, más que centenariamente tiene hambre de pan, hambre material y hambre espiritual.

Queremos igualdad para el desarrollo de las capacidades, igualdad de posibilidades, repito, y hay que señalar que esto no ocurre en el sistema que queremos transformar, porque nadie ignora, de los que están aquí que son maestros y profesionales, que por desgracia esta capacidad está ligada a las condiciones materiales de existencia.

EL NIÑO, ÚNICO PRIVILEGIADO

Como médico, tantas y tantas veces en todas las tribunas, he señalado la tremenda injusticia y lacra social que entraña que en una sociedad injusta, un porcentaje elevado de niños no pueda tener igualdad de posibilidades, de desarrollar sus capacidades, porque sus padres no tuvieron cómo alimentarlo. Si hay algo que señala la injusticia increíble de este sistema, es que en Chile hay 600 mil niños con menor capacidad intelectual, porque no recibieron las proteínas en los primeros meses de su existencia. Hoy sabemos que el rendimiento intelectual puede ser disminuido hasta en un 40%, cuando el niño recién nacido no se alimenta en condiciones normales. Y por eso, de la misma manera, señalamos que la Escuela es para algunos niños continuación del hogar, pero no lo es para la gran mayoría de nuestros niños cuyos padres, lamentablemente, no pueden satisfacer sus preguntas, el porqué, que es lo que siempre dicen los niños frente a los problemas diarios que confrontan.

Un padre analfabeto es un padre que no puede enseñarle el lenguaje al niño ni explicarle siquiera, sencillamente, los procesos del mundo, de la sociedad y de la patria. Por ello, nosotros señalamos que la lucha sin cuartel en que estamos empeñados es hacer factible las posibilidades iguales, para que se desarrollen en condiciones similares las capacidades de los niños, al margen de las contingencias de una sociedad injusta, que abre todas las posibilidades a unos pocos y cierra las posibilidades a la inmensa mayoría de nuestros niños.

¿Para qué recordar aquí que llegan a la escuela muchos niños que no supieron del papel, de sus lápices de colores, de los juegos didácticos? De allí que también sea obligación fundamental del Ministerio de Educación acelerar el proceso y avanzar preocupándose más y más de aquellos niños deprimidos culturalmente por las condiciones materiales de existencia de sus padres. ¿Cuántos niños llegan a la escuela sin haber tenido la sensación de una casa, de un hogar? Niños cuyos padres no tienen cómo satisfacer sus mínimas exigencias, niños que chapotean en el barro, caminan a kilómetros a veces en las zonas rurales, llegan hambrientos a escuelas destartaladas, donde el maestro se empeña inútilmente para que aprendan; con niños que no pueden retener porque su memoria es inferior a la de otros, de aquellos que se alimentan normalmente.

Al entrar a esta Asamblea, tan significativa y de tan hondo contenido patriótico, me han golpeado los letreros que levantan los niños estudiantes reclamando locales que satisfagan las necesidades mínimas que deben tener los locales de enseñanza.

Por eso señalamos que debe haber un nivel educacional básico común, desde el cual pueden partir en iguales condiciones, para que se desarrollen las posibilidades de cada cual de acuerdo con su capacidad y sus convicciones. Necesitamos recuperar el tiempo perdido; afiebradamente preocuparnos de enseñar y educar más y más.

Hoy día estamos frente a un mundo que bulle en sus cambios profundos, en el campo de la ciencia y de la técnica. El hombre ha dominado la naturaleza y es indispensable comprender que, por desgracia, los pueblos como el nuestro, dependiente en lo económico y en lo cultural, que llegaron tarde a la revolución mercantil e industrial y que están a años-luz de la revolución científica-tecnológica necesitan impedir que la brecha que los separa de los países del capitalismo industrial y del socialismo se acrecienta cada día más. Somos pueblos en donde lacras sociales señalan la injusticia y donde el hombre alienado vive con el temor a la diaria existencia, frente a la falta de trabajo, a la incultura, a la posibilidad de comprar la salud, de tener un hogar, de recrearse y descansar.

Señalamos que así como hay en la infancia niños discriminados, el hombre o la mujer no puede alcanzar niveles mínimos educacionales; está marginado de la vida, sobre todo, cuando hoy, más que nunca, se necesita capacitación en las actividades del trabajo cualquiera que estas sean. De allí que no podemos olvidar, por ejemplo, el hecho social que inquiera tanto a este Gobierno y personalmente a mí, cuando constatamos que en nuestro país hay un número alto de hombres y mujeres que no trabajan por diversas razones, pero, entre otras, porque no pasaron siquiera por los años elementales de educación básica y tienen por lo tanto menos posibilidades de ser factores de rendimiento eficaz. Y para ellos, la posibilidad del trabajo o del empleo se hace más difícil. De allí que yo insista, entonces, que para nosotros los gobernantes del pueblo y para Uds., esta etapa que vivimos debamos destacarla como el hecho más trascendente de la humanidad. No olvidemos que los niños y los jóvenes que están aquí, y que van a ingresar a la escuela, al liceo o a la Universidad, serán mañana los hombres del siglo XXI, en donde, indiscutiblemente, el proceso de la producción y del trabajo estará marcado por una alta especialización.

De ahí, entonces, que nosotros no olvidemos esto para recuperar el tiempo perdido; juntar la brecha que nos separa de los países del capitalismo industrial y del socialismo y preparar con pasión patriótica a los niños, para que sean mañana ciudadanos, no sólo en el aspecto de la enseñanza cultural, sino en la transformación interna que haga de ellos los hombres del siglo XXI, con una nueva mentalidad, un nuevo espíritu, una nueva conciencia social.

FORMAR UN HOMBRE NUEVO PARA UN CHILE NUEVO

Romper la dependencia cultural y económica es un paso audaz y decisivo en el desarrollo de la patria. Pero construir la nueva vida y la nueva sociedad requiere, como decía hace un instante un nuevo hombre, una nueva voluntad, una nueva responsabilidad y para ello tenemos que prepararnos. En el mundo contemporáneo, no sólo los países como el nuestro, en vías de desarrollo, han sufrido y sufren la penetración del capital foráneo; no sólo somos países productores de materias primas que vendemos barato y compramos caro; somos países que estamos sufriendo una nueva agresión; es aquella que implica vender o no vender tecnología, que representa para los países que la tienen, tener aún mayores ventajas que las que directamente alcanzan cuando invierten sus capitales en los países como el nuestro, en el pleno camino de la producción.

Queremos entender que no podemos alcanzar una tecnología que, indiscutiblemente, no podemos aplicar indiscriminadamente a nuestra realidad. Debemos crear, aprovechando la experiencia y los conocimientos, vengan de donde vengan, los avances científicos, y sobre todo, los tecnológicos, para adecuarlos a nuestra propia realidad.

En esta asamblea, no es extraño, y al contrario, es mi obligación señalarlo, por ejemplo, que Chile, en este instante, más allá de las fronteras partidarias de las bases políticas del Gobierno Popular, está empeñado en recuperar para el pueblo y para la patria las riquezas fundamentales en manos del capital foráneo. Esencialmente, en este instante se discute en la Cámara de diputados el proyecto nuestro destinado a recuperar para Chile su riqueza fundamental que es el cobre y a nacionalizarlo sin apellido alguno. Sin embargo, quiero destacar la enseñanza dura que ya hemos sacado de los primeros pasos que hemos querido dar en este sentido, antes que se dicte la Reforma Constitucional a que me estoy refiriendo.

En el caso de Chuquicamata, cincuenta y tantos técnicos extranjeros no han oído nuestro llamado, que no ha sido mendicante, pero que ha sido claro: de que se quedaran trabajando, para que estuvieran en esta etapa de proceso difícil, en que Chile será el dueño absoluto de esas riquezas tan fundamentales para la patria. Han rechazado nuestra petición por razones que debemos considerar: porque son funcionarios de empresas que tienen en otras partes del mundo faenas similares a las nuestras y, por lo tanto, podríamos decir que forman parte de una cadena que los amarra a esas poderosas empresas internacionales.

De allí la obligación de que sean técnicos chilenos, profesionales nuestros, los que tengan que tomar en sus manos la responsabilidad del proceso productivo, que tiene tanta incidencia en la marcha normal del desarrollo económico de Chile, y por cierto, mucho más en las posibilidades de su ampliación. Sin embargo, no tenemos nosotros los técnicos especializados que hayan tenido niveles de responsabilidad superior en esas faenas mineras, las más importantes para la patria. Y eso ha ocurrido porque ha sido la intención impedir que los técnicos nuestros alcanzaran estos niveles de responsabilidad superior. Sin embargo, abocados a estos hechos, tenemos la confianza de superar esas dificultades, porque una unidad de obreros, empleados, técnicos y profesionales, porque el Colegio de Ingenieros y el Colegio de Técnicos Industriales y de Técnicos Mineros, junto a los obreros de Chile, darán un paso histórico para defender la patria y su destino.

De allí, que junto con destacar la significación que tiene para nosotros el contenido que tendrán que darle ustedes, los integrantes de la comunidad de la Reforma Educacional dependiente del Ministerio, quiero destacar cuánto ha significado en el proceso bullente de las luchas populares el nuevo espíritu que ha sacudido a las Universidades de Chile. Hoy, las universidades de la patria se anticiparon en la inquietud de los sectores populares, tienen conciencia de que no puede haber universidades amorfas, universidades al margen del proceso social; tienen que ser, y serán, universidades comprometidas con los problemas del pueblo y con los cambios estructurales que el pueblo reclama; universidades cuyas experiencias científicas y cuyos avances tecnológicos tienen que estar íntimamente vinculados a los procesos del desarrollo nacional en los campos regionales a lo largo de toda nuestra patria.

Es por eso que anhelamos -repito- una nueva sociedad, con nuevos valores. Y ello ha de salir del proceso revolucionario que ha de hacerse crisol en el grande y atrayente e inquietante anhelo de una reforma educacional que prepare al hombre nuevo para la nueva sociedad y las nuevas tareas. Necesitamos entender que miles y miles de muchachos se sienten frustrados, carecen de una orientación, jóvenes que no vuelan por su propia imaginación, sino que tienen que recurrir a las drogas para empinarse frente a los procesos pequeños de todos los días y de la miseria del hombre. Por ello, para nosotros, la acción de la educación y del Gobierno en el ámbito de una nueva sociedad, tienen que señalarle al joven, que será el ejecutor y constructor de la nueva sociedad que anhelamos, la gran tarea dignificadora, arrancándola de la oscilación y el vicio, entregándole el más noble mandato que puede tener un joven: luchar por su patria, una nueva sociedad y un nuevo hombre en la colmena fecunda del trabajo.

CIFRAS POSITIVAS

Por eso, estas son, grandes líneas, las tareas que nos hemos trazado. Mientras tanto, y en forma muy apretada, quiero y es justo que lo haga, ya que he tenido la deferencia del compañero Ministro de Educación de no usar la palabra para que yo tenga más tiempo, destacar que nos hemos enfrentado a una tarea que representa lo siguiente:

En la enseñanza parvularia se ha acrecentado en un 18% la población atendida, en relación a 1970, lo que significa 10.000 nuevos niños que tendrán educación parvularia. En la enseñanza general y básica, el incremento alcanza a 140.000 niños. En la enseñanza media hay un aumento promedio en un 15%, lo que significa 50.000 alumnos más con respecto al año 1970. En el nivel universitario, el ingreso al primer año ha aumentado en un 83%, siendo posible que se eleve aun más. La matrícula total ha alcanzado un incremento de 28%. En el año de 1969-70 este aumento fue sólo de un 8%. El presupuesto universitario aumentó en un 24% en valores reales.

Construcciones escolares: entre el 4 de noviembre del 70 al 15 de marzo de 1971 se han construido 993 aulas, con un total de 85,289 metros cuadrados. Y luchamos para que en abril se totalice la construcción de 1,618 salas de clases con un total de 118 mil metros cuadrados.

Beneficios sociales: los almuerzos en relación con el 70, significa que en el año 1970, durante 150 días, tuvieron raciones 391.000 niños. El año 71,e n los mismos días, habrá raciones para 600 mil niños. En cuanto al desayuno, el año 70 lo tuvieron 1.250.000 niños; el año 71 lo tendrán 1.800.000 niños. A ello hay que agregar el medio litro de leche que tienen y tendrán todos los niños de Chile. El año 70 se otorgaron 38.295 becas, este año se otorgarán 60.000.

El año 70, tuvieron atención hogareña 2,500 niños; este año la tendrán 5,000. Prestaciones de estudio: hubo 8,300 niños el 70 de igual número este año, pero incrementado en valores reales en un 34.9%.

Vestuario escolar: el año 1970, se entregaron 128 mil overoles y 128 mil pintoras. Igual cantidad se entregará este año, pero, además, se lucha, y pensamos alcanzarlo, se lucha repito, para entregar a los niños de Chile, sobre todo en las provincias del sur y austral, 500 mil pares de zapatos, porque no queremos tener niños descalzos en nuestra patria. De igual manera debemos aumentar las horas de atención en el campo medico y dental, sobre todo en este último, ya que es un hecho doloroso que puede constatar cualquier hombre, profesional o no, el que en nuestro país la atención dental es extraordinariamente deficitaria para adultos, jóvenes y niños.

Colonias escolares: el año 70 fueron beneficiados 35.900 niños; este año 60.000. No olvidemos que hay 900 mil chilenos, mayores de 15 años, que no pasaron por la escuela, lo que representa un 14% de analfabetismo. Y como hemos hablado de una escuela abierta y de la incorporación - aunque tarde- de ellos compatriotas nuestros, vamos a hacer cierto aquello que dijeron en Cuba: "El que no sabe aprenda; el que sabe enseña". Haremos una gran cruzada a fin de que estos compatriotas nuestros que no por culpa de ellos, sino que por un régimen, ni siquiera aprendieron a leer, puedan hacerlo. Y siempre será tiempo para abrirles un nuevo horizonte espiritual.

DEMOCRACIA EDUCACIONAL

Señalamos con profunda satisfacción que este año anhelamos se democratice ampliamente la actividad educacional. Para ello ya empezamos, sobre la base de la inquietud de los compañeros del Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza, el más amplio diálogo de la comunidad universitaria, de la comunidad educacional. Y esperamos que esto termine en la Gran Convención, donde podamos refundir las discusiones que han de llevarse en todos los establecimientos y en todos los niveles, para que salga auténticamente un proyecto de reforma educacional, afianzado en lo que expresen padres, apoderados, alumnos y maestros con una amplia y noble visión de la gran tarea que Chile reclama.

Queremos hacer presente que a través de la actitud de responsabilidad del Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza, se han podido satisfacer, sin necesidad de conflictos, justas reivindicaciones de los maestros, que estimo innecesario detallar porque tengo conciencia más que sus propios problemas siempre a los maestros de Chile les ha interesado los problemas de la educación y del pueblo.

De todas maneras quiero hacer presente que hemos dado pasos para la descentralización administrativa, creando 10 coordinares regionales, para hacer más eficaz la democratización y la planificación de la enseñanza desde el punto de vista local y sectorial.

Ha de firmarse, y ya está en marcha, un convenio a través de la Editorial del Estado, junto con la Empresa Editorial Zig Zag que hemos adquirido para salvarla de una quiebra y no como se ha dicho, para impedir publicaciones. Porque lo digo aquí y es justo que lo detalle: al hacer esa negociación hemos recibido el reconocimiento de los dueños de Zig Zag de ayer, que sabían perfectamente bien que estaban destinados a una bancarrota, a no mediar la actitud del Gobierno que quiso que esa empresa siguiera marchando, porque sería la base y el pilar para hacer posible la publicación de nuevos textos, libros y cuadernos, para entregarlos en la formas más barata y aun gratuita para todos los escolares de la patria.

Señalo, como un hecho importante, los acuerdos del Ministro de Educación de Chile, que en representación del Gobierno Popular suscribiera, a través del Ministro, compañero Mario Astorga, cuando en Lima estuvo presente en la reunión de los países del Pacto Andino y quiero leer parte de sus palabras porque tienen un trascendente y hondo significando: "El gran objetivo político de la integración cultural andina y del Convenio Andrés Bello debe ser la conquista y afirmación de la independencia cultural de los países de la región".

El punto de partida de toda política debe ser el reconocimiento del hecho de que los países de América Latina son consumidores e importadores de ciencia y tecnología y los esfuerzos deben centrarse a lograr la consolidación de una cultura, una ciencia y una tecnología común, sentimiento nacional sin fronteras que abra el camino para que algún día América recupere su derecho a su propia cultura autóctona y para que América pueda hablar con voz de pueblo y continente.

LA ENSEÑANZA PRIVADA

Me interesa destacar que el Gobierno Popular, respetuoso de las disposiciones constitucionales, sabe y tiene conciencia del derecho que existe a la educación particular. Es decisión del Gobierno respetar y hacer respetar tales disposiciones, integrando la educación particular al sistema nacional de educación. Respecto de la enseñanza particular que proporciona gratuitamente educación, esté virtualmente integrada al sistema del Estado, y sus derechos actuales serán mantenidos y perfeccionados y queremos que funcione en condiciones dignas, que sus profesores tengan remuneraciones adecuadas y las reciba regularmente, que sus locales cumplan con los requisitos que el proceso de formación del niño reclama y que sus cursos sean óptimos desde un punto de vista pedagógico. En cuanto a establecimientos particulares de enseñanza que imparten la educación pagada, el Gobierno de la Unidad Popular también garantizará el respeto y cumplimiento de las normas constitucionales y legales, pero deben integrarse al sistema nacional de educación. No creemos que deba aceptarse que la educación sea considerada un negocio, y por lo tanto, velaremos para controlar los cobros que allí se hacen y para que, al mismo tiempo, la educación pagada no represente una segregación, desde el punto de vista cultural, para los niños de Chile.

Vigilaremos aquellas instituciones académicas o consejos, que ofrecen certificados o títulos que no tienen valor alguno y que ofrecen recuperar años de estudio mediante el pago de elevados aranceles. El Gobierno ofrecerá a los niños y jóvenes en situación educativa irregular las posibilidades de normalizar sus estudios en escuelas fiscales, evitando que prolifere un tipo determinado de especulación, con el dolor y la esperanza de los padres, que anhelan regularizar la situación educacional de los hijos.

LA ESCUELA INTEGRA A LA COMUNIDAD
Finalmente, quiero decir que a grandes rasgos, fijaremos las líneas del Gobierno Popular en materia educacional; haremos realidad el mandato de la Constitución que consagra la existencia un sistema de educación formado hasta hoy por el sistema regular de educación básica, media y superior, fiscal y particular, el cual debe sumarse como un todo integrado a un sistema paralelo de educación de la comunidad, que atienda las innumerable necesidades educativas y culturales de la población del país, de todas las edades.
Este sistema debía incluir, bajo la autoridad del Ministerio, o al menos bajo su coordinación, todas las iniciativas educacionales y culturales o dispersas y limitadas: sistema de guarderías infantiles, educación de adultos, INACAP, acción educativa del Ministerio de Agricultura, del Trabajo, de Salud, de Justicia, el cuerpo de Carabineros, extensión universitaria, desarrollo social, casas de cultura, etc., etc. Queremos proyectar escuelas en la comunidad y postulamos a que las escuelas en la comunidad se abran hacia la comunidad y pongan sus recursos materiales y humanos al servicio de su desarrollo, organización y concientización.

TOTAL AUTORIDAD A CONSEJO DE PROFESORES, PADRES Y VECINOS

Concebimos al educador como un trabajador social y agente consciente y preparado en los grandes cambios, especialmente en las comunidades más deprimidas, en que el mejoramiento social y familiar es condición de un eficiente trabajo pedagógico. Nominamos al año 1971 el año de la democracia educacional. Proponemos las siguientes ideas como tareas nuevas, a fin de afianzar esta democratización o como desarrollo de lo que anteriormente hemos dicho: plena autoridad administrativa y técnica a los consejos de profesores, convertidos en consejo de trabajadores de la educación; formación en cada establecimiento de los consejos de comunidad escolar, firmado por representantes de los trabajadores de la enseñanza, padres y apoderados; juntas de vecinos, sindicatos, organismos culturales y estudiantiles cuando proceda, para preocuparse de la marcha general del establecimiento y de sus relaciones con la comunidad respectiva.

Entendemos esta participación como expresiva del proceso de democratización general del país.

Pensamos que debe caminarse hacia la posibilidad de que sean elegidos los jefes de los establecimientos como ampliación de la tendencia iniciada en las universidades o en las escuelas normales reformadas y como un medio de comprometer a los profesores en la gestión de su escuela y de quebrar las resistencias al cambio de viejos cuadros que todavía no puede sacudirse de viejas trabas burocráticas.

Apoyo, como lo dijera hace un instante, irrestricto al Congreso Nacional de Educación, propiciado por el Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza, que se realizará a fines de este año, y en el que debe culminar todo el proceso de discusión ya en curso. Debemos profundizar la política de asistencia escolar, entregando a la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas todos los recursos que la ley otorga, especialmente, para desarrollar los programas de becas y de hogares, que prácticamente han sido congelados.

TRABAJO VOLUNTARIO DE MAESTROS
Debemos estudiar un estatuto Económico del Magisterio que contemple, un sueldo único para educadores, con una jornada de 36 horas, de las cuales no más de 24 o 26 sean de clases y las restantes para otras labores técnicas de administración y comunidad, más asignaciones de trienios, años de estudios pedagógicos y de perfeccionamiento. Pero claro, al mismo tiempo, que si bien planteamos esto como un anhelo, yo pienso que en un país tan postergado, yo no puedo como Presidente del pueblo, reclamar el trabajo voluntario de los maestros. Yo sé perfectamente bien que si los trabajadores del carbón lo han entendido y si a pesar de lo negro de su vida y de la explotación centenaria de ellos y de los suyos están dispuestos a trabajar más, al igual que los obreros del salitre y del cobre, por las empresas expropiadas por el Estado, los maestros en esta etapa de transición, entregarán sin vacilaciones el esfuerzo y el sacrificio necesario para abrir los horizontes de la cultura del pueblo de Chile.

Entendemos que la redefinición en profundidad de nuestra educación, ha de nutrirse de dos fuentes: la del conocimiento crítico de la realidad educacional chilena, por el consiguiente diagnóstico de su problema y de la voluntad de incorporar a nuestra educación al proceso de transición hacia la nueva sociedad, lo cual implica un compromiso con las metas nacionales adoptadas. Planteamos que se someta a discusión de la comunidad escolar la concepción del hombre del mañana y el aporte de la escuela a su formación, responsabilidad del sistema educativo de la construcción de la nueva sociedad que tanto anhelamos.

Estudiantes, jóvenes, niños -los niños que hay aquí quizás no entiendan lo que representa la esperanza que depositamos en ellos- si somos capaces de cambiar los medios materiales de su existencia y el padre o la madre son cada día, por una existencia distinta, más padres y más madres, en el amplio y tierno sentido de la palabra y la escuela es continuación del hogar, tenemos el derecho a pensar que esos niños que ayer no supieron del juego didáctico del papel ni del lápiz, serán los jóvenes del mañana, que con responsabilidad superior estudiarán más, para ser mejores técnicos, mejores obreros, mejores profesionales y mejores técnicos, en una sociedad que no separa a los hombres por títulos universitarios y donde tengan la gran responsabilidad de un trabajo al servicio de todos.

Maestros, maestros de mi patria, he querido conversar con ustedes y decirles cuánto confiamos en su apoyo. Ustedes son depositarios de una tradición que ha colocado al Magisterio chileno en un prestigio reconocido más allá de las fronteras nuestras; ustedes siempre supieron de las horas duras, del esfuerzo y del trabajo desconocido y negado; ustedes tuvieron mártires que inclusive pagaron con sus vidas el hecho de anhelar una vida distinta para los niños; ustedes son el gran filón en que el pueblo confía para hacer posible, con la presencia combatiente de ustedes las grandes transformaciones que anhelamos, por que ustedes son los que forman la mente del niño, que será el ciudadano del mañana.

Por lo que hicieron ayer y hacen hoy día, yo Presidente del Pueblo y compañero de ustedes, entrego mi fe y mi esperanza revolucionaria en la conciencia revolucionaria de los maestros chilenos.

Salvador Allende

Discurso del Presidente de la República de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens en el acto de inauguración del año escolar 1971, realizado en Santiago el 25-VII-1971, en el Estadio de Chile.



domingo, 15 de noviembre de 2009

INVITACIONES NOVIEMBRE 2009




EL CARÁCTER DE LAS ELECCIONES DEL 2009

MANUEL ACUÑA ASENJO

Finalmente, como lo hace una operación matemática, el panorama político chileno parece no sólo simplificarse ante las elecciones de diciembre próximo sino, además, presentar un común denominador. Porque de todos aquellos candidatos que saltaran a la arena pública, a principios de este año, para disputar su mejor derecho a ocupar el sillón presidencial a los demás, no solamente cuatro han permanecido en calidad de tales sino guardan, entre sí, asombrosos parecidos. En torno a ellos, a sus personas, a sus tesis programáticas y alianzas, se ha centrado el debate actual que, sin embargo, tiene alcances limitados: no trasgrede las fronteras de la ‘escena política’ del país, que es el espacio dentro del cual se desplazan los actores políticos, a saber, personalidades, partidos, instituciones del estado y, en general, sujetos individuales o colectivos organizados bajo la regulación estatal.

No podría ser de otra manera: en el modo de producción capitalista, el acontecer histórico se arrincona dentro de ese estrecho marco de referencia y cualquier análisis más o menos aproximado de la realidad social se hace poco menos que imposible. Porque la ‘escena política’ no sólo oculta las luchas que se libran dentro de la misma estructura del sistema, sino abre el campo de ‘la política’, área social dentro de la cual se realizan las ‘prácticas políticas’; refleja, por ende, y en gran medida, los alcances de la lucha de clases en el país. Con las debidas licencias, como se verá a continuación. Pero aún así nos permite esbozar una descripción más o menos aproximada de los posibles escenarios que deberían hacerse presentes en las próximas semanas. Intentemos, pues, acometer esa tarea, en el entendido que se trata, simplemente, de desvelar las veleidades del sistema.

PRESUPUESTOS NECESARIOS PARA REALIZAR EL ANÁLISIS

Una estructura social jamás se presenta como un simple ensayo de organización que puede modificarse a voluntad de quien se mueve en su interior; por el contrario: sus formas de funcionamiento no sólo se manifiestan como las únicas posibles, sino además descalifican a todas aquellas que puedan, presuntivamente, reemplazarlas. Esta constante deriva de aquella regla de oro de la organización según la cual ‘esse persistere in esse est’ (‘el ser que persiste en lo que es continúa siéndolo’) que es el principio de la identidad. Este principio impide desnudar los ejes sobre los cuales se apoya el funcionamiento del sistema: porque si así sucediese, la forma de transformarlo quedaría al desnudo y se haría en extremo vulnerable.

En el modo de producción capitalista (considerado como modo de dominación), la clase que ejerce su poder material y espiritual sobre el conjunto social establece reglas destinadas a fijar el funcionamiento democrático del mismo. El debate no puede realizarse sobre otra área que no sea la ‘escena política’; el ‘ciudadano’ debe poseer la convicción absoluta que es en ese campo, y no en otro, donde han de resolverse los problemas de las grandes mayorías nacionales. En otras palabras, se prefiere suponer que el juego político de las personalidades, de las organizaciones políticas o de las instituciones estatales, decide los intereses de todos y cada uno de los ciudadanos de una nación. Digámoslo más directamente: el individuo ha de CREER que tal es su realidad, que fuera del ‘rayado de la cancha’, de los límites de ese tablero de ajedrez social, nada más es posible; que solamente eso es lo único que existe y a que se debe.

Tal creencia no deja de ser una realidad cuya naturaleza es necesario considerar para un mejor análisis. Porque lo que sucede en una sociedad de dominación (vertical, jerárquica, autoritaria) no puede suponerse ha de suceder en otro tipo de estructura social. Es un hecho cierto que, en el modo de producción capitalista, las personalidades pertenecen, por regla general, al estamento de las clases dominantes. Y cuando aparecen o se manifiestan lo hacen en forma de clase reinante, mantenedora del estado o de apoyo al Bloque en el Poder. Pero eso no lo advierte el individuo corriente, acosado por la urgencia del trabajo, agobiado por la situación económica o desorientado por el exceso (o falta, en su caso) de información. El análisis, por ende, se dificulta; tiende a predominar lo que informa la prensa oral escrita o de imágenes, lo cual no es extraño pues a través de ella se manifiesta la ideología del sistema. Sin embargo, tras todo ese espectro de circunstancias, los intereses de las clases fracciones de clase jamás dejan de hacerse presentes.

Las palabras precedentes pueden sorprender a quienes poseen una visión un tanto restringida de lo que es la confrontación de intereses de clase. Porque las clases sociales no se enfrentan únicamente en la tradicional y conocida oposición entre vendedores y compradores de fuerza o capacidad de trabajo; también esa lucha se libra entre las diferentes fracciones de ellas en defensa de sus particulares intereses. Dentro del segmento de las clases dominantes, las luchas de sus fracciones por obtener la hegemonía dentro del Bloque en el Poder pueden, en no pocas oportunidades, adquirir trágicos ribetes como sucede, por ejemplo, cuando se llega al asesinato de algunos de sus líderes o personajes públicos.

Constituye, por consiguiente, un error de proporciones suponer que la lucha de clases tiene lugar solamente entre ‘proletarios’ y ‘burgueses’; por el contrario: atraviesa verticalmente a todo el espectro social. Las luchas de las clases y/o fracciones de clase dominante pueden ser tanto o más virulentas que aquella pues su objetivo no es otro que asegurar, precisamente, la dominación de todas sobre la generalidad del conjunto social. La escena política de la nación, es decir, el teatro de operaciones en donde se desenvuelven los actores políticos, muestra con extraordinaria crudeza estas pugnas que enfrentan a los diversos sectores de la burguesía. Allí operan con destreza los sectores sociales que van a convertirse, una vez instalado el gobierno de la nación, en clases reinante, mantenedora y apoyo al Bloque en el Poder, hegemonizado por la fracción dominante.

La lucha de clases se da, por consiguiente, entre las diversas fracciones de la burguesía en su intento de conducir con mayor eficacia al conjunto social. Y eso se obtiene luego de someter al proletariado a una derrota más o menos prolongada que, en algunos casos, adquiere el carácter de estratégica. Como ha sucedido, y aún sucede, en el Chile post-dictatorial. El escenario electoral se entiende, pues, situado en ese marco de derrota total y dentro de las luchas de las fracciones burguesas entre sí.

En palabras más simples: será inútil buscar en este análisis la representación de los sectores sociales postergados pues aquella se encuentra fuera de los límites establecidos para las elecciones de diciembre próximo en Chile. Las luchas dentro de la escena política nacional son, en resumidas cuentas, contiendas interburguesas, marco obligado dentro del cual han de desenvolverse los candidatos de marras.

ESTRUCTURA DEL BLOQUE EN EL PODER

El Bloque en el Poder que existe al interior del estado chileno se encuentra fuertemente hegemonizado por la fracción bancaria de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo, aliada a la burguesía comercial y ligada a la gran burguesía internacional; al contrario de lo que sucedía en las fases anteriores recorridas por el sistema capitalista mundial (SKM), la influencia que puede ejercer la fracción industrial de la clase de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo se encuentra notoriamente disminuida. La disputa política, por consiguiente, en la fase actual, tiene lugar entre quienes pretenden representar con mayor o menor fidelidad los intereses de la fracción hegemónica al interior del Bloque en el Poder (la bancaria; o financiera, si se quiere, aliada a la comercial y a la gran burguesía internacional).

Hasta este momento, y desde el advenimiento de la democracia post dictatorial, dicha tarea fue realizada por la llamada Concertación de Partidos por la Democracia o, simplemente, Concertación. Conformada por partidos que, simbólicamente, habían de representar a un vasto segmento de las clases dominadas, dicha coalición tuvo ─y ha tenido, hasta estos momentos─ en sus manos, además, y por esa circunstancia, la posibilidad de controlar las veleidades del movimiento sindical, de los pueblos originarios y el escabroso tema de la violación de los derechos humanos. Ha sido, por consiguiente, necesidad del empresariado y de las clases dominantes, contar con el apoyo de la Concertación para poder exitosamente continuar con el proceso de dominación sobre el conjunto social instaurado a partir de la dictadura en 1973.

Transcurridos casi 20 años del término de la dictadura, nuevas generaciones, nuevos actores políticos, y un sostenido proceso de renovación de cuadros políticos impulsado por la Concertación para sepultar las viejas aspiraciones de los antiguos, ha permitido que la representación natural de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo comience a disputarle con virulencia su mejor derecho a conducir políticamente al país. Desde este punto de vista, las angustias de la Concertación ante su eventual derrota no son sino consecuencia de sus propias acciones en beneficio de las clases y fracciones de clase dominantes. Lo que le pueda suceder no es, por tanto, sino fruto de sus propias acciones y/u omisiones.

EXTRACCIÓN DE CLASE DE LOS CANDIDATOS

Los candidatos a la presidencia de la República son cuatro: Sebastián Piñera Echenique, Eduardo Frei Ruíz-Tagle, Marco Enríquez-Ominami Gumucio y Jorge Arrate Mac Niven. En torno a ellos se centra el debate nacional. Son sujetos que no se desplazan sobre la escena política porque sí. Representan determinados intereses de clase en juego. Intentemos desnudarlos.

Sebastián Piñera Echenique es el candidato del conglomerado llamado Alianza por Chile, conformado por los partidos Unión Demócrata Independiente UDI y Renovación Nacional RN. Ambas coaliciones representan políticamente los intereses de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo. La primera es un partido político con una fuerte división en su interior. El sector más comprometido con las ideas de su fundador Jaime Guzmán (hombre del Opus Dei) está representado por Pablo Longueira, Joaquín Lavín, Luis Cordero, entre otros y ha considerado la militancia dentro de esa entidad en el carácter de apostolado: se integra a los sectores poblacionales, se vincula con los campesinos y trabajadores, y no tiene mayores problemas en hacer pactos con la Concertación o crear una fracción ‘aliancista-bacheletista’. Se puede decir del mismo que representa con fidelidad la aspiración a estatuir, en la tierra, la sociedad celestial con sus escalas jerárquicas de potestades divinas y el autoritarismo propio que emana de los Evangelios. El otro sector es el que encabezan los diputados Cristián Monckeberg, Iván Moreira, el senador Alberto Espina, el ex senador Sergio Fernández, etc., más vinculado a los grupos empresariales y al estamento militar. Este sector se ha alineado con bastante fuerza a Piñera; no así el otro.

La Alianza por Chile tiene un segundo partido que es Renovación Nacional RN. Este sí, se puede decir, apoya a Piñera en su totalidad. Constituye, de por sí, una organización que tiene directa vinculación con el interés empresarial.

La Alianza por Chile es un conglomerado que hemos descrito en otros documentos como ‘representantes naturales’ del capital o, si se quiere, de los intereses de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo. La denominación no es casual. Sostenemos que, por regla general, la composición de clase de estas entidades proviene mayoritariamente del sector de compradores de fuerza o capacidad de trabajo, lo que les otorga el carácter de ‘natural’. Representan, sin lugar a dudas, la defensa de los intereses de las fracciones bancaria y comercial, hegemónicas, dentro del Bloque en el Poder y disputan representarlas alegando su legitimidad.

Piñera Echenique es descendiente de una familia de funcionarios estatales; puede alegar, por cierto, que es de extracción ‘clase media’ ─como lo hace hasta el proletario que no quiere ser tal─; pero, por sus adquisiciones y su inserción en el mundo empresarial, pertenece al estamento de la ‘gran burguesía comercial’.

Eduardo Frei Ruiz-Tagle es el candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia, que integran los partidos Demócrata Cristiano PDC, Por la Democracia PPD, Socialista PS, Radical Social Demócrata PRSD, y restos del MAPU OC. Es, al mismo tiempo, el candidato del gobierno, su continuador legítimo. Al momento de escribir estas líneas, la oposición interna de la Concertación se ha decantado en gran parte y es poco probable que se presenten nuevas defecciones en el futuro. Se puede asegurar hoy, por consiguiente, que tanto Concertación como gobierno se encuentran alineados tras el candidato Frei.

La Concertación ha sido definida por nosotros como ‘representante espurio’ de los intereses del sector hegemónico del Bloque en el Poder. No representa, por consiguiente, los intereses de los vendedores de fuerza o capacidad de trabajo, con muchas de cuyas organizaciones ha sostenido ─y sostiene─ violentos enfrentamientos por mejoras salariales y mayores libertades políticas. La denominación tampoco es casual: la composición de clase de la Concertación abarca mayoritariamente a los descendientes de ex empleados fiscales (hijos de embajadores, diputados, senadores, presidentes, ministros, jefes de servicios, profesionales) que desean seguir participando de la administración del estado y reservar cargos de esa naturaleza para su descendencia y amistades. El nepotismo es, por consiguiente, parte consustancial de este sector.

Al igual que la Alianza por Chile, representa la Concertación el interés de las mismas fracciones bancaria y comercial del capital; disputa con la anterior coalición, sin embargo, su derecho a representarlas por su mejor posición para controlar las veleidades de los movimientos sociales. En otras palabras: la Concertación asegura una mayor tranquilidad social. Pero ¡cuidado! En estos casi veinte años de gobierno concertacionista, muchos de quienes integraban la Concertación han derivado, de ‘personajes de la clase media’, a exitosos empresarios, merced a las exacciones ilegales, sobornos, convenios ventajosos aprovechando los contactos, información privilegiada, créditos obtenidos directamente del estado gracias a sus influencias, en fin.

Frei Ruiz-Tagle es hijo de un ex presidente de la República; es hijo, por tanto, de un ex empleado fiscal. Como todos los chilenos que no quieren reconocer su pertenencia a determinado segmento social, puede alegar, como Piñera, ser ‘clase media’, bolsón incierto de grupos sociales, receptáculo inconmensurable de individuos capaz de albergar lo que se quiera. Sin embargo, como ingeniero ha incursionado en el mundo empresarial. Es un empresario industrial; pertenece, por consiguiente, al estamento de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo cuyos asalariados crean capital productivo. Puede considerársele como perteneciente a la burguesía industrial mediana.

Marco Enríquez-Ominami Gumucio no pertenece a partido político alguno. Militó en las filas del partido Socialista y renunció a esa colectividad para presentarse como candidato independiente. Su candidatura no representa interés alguno de clase (aparentemente), sino el descontento mayoritario de una población cansada de las arbitrariedades de la Concertación. Se puede afirmar, por consiguiente, que es el ’candidato del descontento’. Por eso, junta en torno suyo a sectores tanto o más reaccionarios que los que apoyan a Piñera junto a los nostálgicos del MIR, que ven en su persona la encarnación del líder de esa colectividad Miguel Enríquez Espinosa. A Enríquez-Ominami no le repugna tal concepción; por el contrario, la alienta y estimula vinculándose una y otra vez a sus antepasados estableciendo, con su comportamiento, una nueva forma de hacer política basada en la discutible tesis de la transmisión genética de la vocación social. Los postulados del candidato independiente se han centrado, principalmente, en establecer una clara diferencia entre los viejos y los jóvenes.

“No hablo a los jóvenes”, asegura. “Soy joven. No intento captar a los jóvenes: soy joven”. Educado en Francia durante los difíciles años de la dictadura, parece haber asimilado exitosamente las ideas de Herbert Marcuse relativas a la lucha generacional. De todas maneras, no se diferencia de los anteriores en cuanto a que su finalidad es proteger los intereses de las fracciones hegemónicas del Bloque en el Poder. Como sucede con la Concertación, el conjunto social que Enríquez-Ominami encabeza no encarna otra representación que no sea la de un advenedizo más en la defensa de esos intereses. Porque la candidatura del ‘no-viejo’ nace de las disputas al interior de la Concertación y no de un planteamiento teórico significativo.

Enríquez-Ominami Gumucio es descendiente de funcionarios estatales como los anteriores; también puede alegar ser ‘clase media’ porque eso es lo que dice ser la élite de la alta burocracia estatal para olvidar su verdadera extracción. Ha incursionado en el campo de la empresa privada con un intento de hacerse dueño de una compañía cinematográfica que cerró por deudas. Por su adscripción al ‘aparato’ estatal, puede incluírsele como hijo de funcionario estatal y clase mantenedora del estado.

Jorge Arrate Mac Niven fue ministro de la Unidad Popular; también lo fue de la Concertación. Extrañamente, como ministro de Educación jamás se preocupó de resolver de una vez por todas el problema de la ‘deuda histórica’ que el estado tiene con los maestros. Lo viene a recordar ahora que es candidato. Es el más sereno de todos los aspirantes a la primera magistratura de la nación y pocas veces se le ve desprestigiando a los demás. Su discurso es claro y conciso, no da pie a interpretaciones antojadizas. Perteneció al partido Socialista y, después de renunciar a éste, pasó a engrosar las filas del partido Comunista donde actualmente milita. No es mal polemista. Tiene ideas precisas y de avanzada. Nadie se explica que solamente ahora, cuando ha sido nominado candidato, comience a explayarse sobre esas ideas que otrora parece haber olvidado. Como candidato del partido Comunista, tampoco representa a las clases postergadas pues el discurso de esa colectividad pasa, primero, por asegurar una determinada cuota de parlamentarios y disputar dentro del sistema vigente las cuotas de poder a las demás fuerzas políticas. El partido Comunista, hoy, no se plantea prioritariamente por la construcción de un poder desde la base, sino por acceder a ciertos cargos en el parlamento, lo que le significado perder una cuota considerable de militantes.

Las posiciones de Arrate, tendientes a robustecer al estado y a la industria nacional, le hacen estar junto a quienes defienden los intereses de esa fracción de los compradores de fuerza o capacidad de trabajo. Es dable suponer que, si llegase a triunfar ─lo que es improbable─, daría un fuerte impulso a la formación de una sólida burguesía interna, hoy sustituida por la importación de bienes.

Como sus anteriores competidores, Arrate Mac Niven es hijo de funcionario estatal; se desempeñó siempre en cargos de gobierno y recibió, por ende, sueldos del estado. Pertenece, por consiguiente, como Enríquez-Ominami, al segmento de la clase mantenedora del estado y, por extracción, proviene de la alta burocracia estatal.

Permítasenos, aquí, pues, reforzar la idea anteriormente expresada en el sentido que TODOS los candidatos NO representan los intereses de las clases postergadas, sino sus particulares deseos de representar y ejercer con la mayor eficacia el interés de las fracciones que se disputan la hegemonía dentro del Bloque en el Poder; representan, al mismo tiempo, y en caso de no cumplir su cometido, el deseo de transformarse en clase reinante, mantenedora o apoyo de esos intereses. Aunque, en la práctica, insistan en adoptar medidas en beneficio de los sectores populares. Con esto queremos aseverar que un grupo determinado ─poco importa cuál─ va a gobernar en nombre de la comunidad; ese grupo será la clase reinante. Otro, se incrustará en las instituciones del estado para coadyuvar en su administración buscando tener acceso a las rentas más elevadas; esa será la clase mantenedora. Finalmente, un último segmento social comenzará a organizar instituciones que van a depender de las ayudas que el estado les conceda para transformarse en ‘clase apoyo’ de los intereses del Bloque en el Poder. En todas esas maniobras, como es de suponer, los intereses de las clases dominadas se encontrarán por entero ausentes.

RASGOS QUE IDENTIFICAN A LAS CANDIDATURAS

Los candidatos más arriba indicados representan los intereses de las diversas fracciones de la burguesía al interior del Bloque en el Poder. Sus discursos, por consiguiente, no contienen otros elementos que no sean aquellos que dicen relación con la defensa de tales intereses. Se hermanan, por consiguiente, en numerosos temas que han proscrito de sus programas o, al menos, si los han incorporado, rodean con una aureola de incertidumbre y vaguedad. Digámoslo de otra manera: se hermanan por omisión.

Por consiguiente, es inútil intentar encontrar referencia alguna en sus programas sobre temas relativos a la participación de los trabajadores en la dirección de las empresas tanto públicas como privadas; también se hermanan al no incluir en esos programas formas que digan relación con la recuperación de los dineros previsionales expropiados a los trabajadores, resolver los problemas de la salud y, en general, de las grandes mayorías nacionales. Para muestra un botón: el día 12 del presente mes, en los salones del Teatro Municipal de Santiago que ocupa el Café Tavelli, se realizó una reunión de la Asociación Chilena de ONGs ACCION, con representantes de los comandos de las 4 candidaturas presidenciales. El objetivo de la reunión era conocer el pensamiento de cada una de las candidaturas acerca de la participación de la ciudadanía en la toma de decisión sobre los grandes problemas nacionales y el financiamiento que los candidatos darían a las ONG, cuestión por lo demás obvia. Las respuestas fueron, sin excepción, positivas. Aparentemente. Porque, si bien todos los comandos contestaron que la participación ciudadana debía ser considerada un derecho de todos los chilenos, al definir la forma de ejercer ese derecho, se advirtieron las limitaciones.

1. Marco Enríquez-Ominami: la participación es un derecho y para ejercerla hay que aumentar la representación política de los chilenos en los cargos de representación popular: los intendentes y gobernadores deben ser elegidos, hay que fortalecer al defensor del pueblo, en fin.
2. Jorge Arrate: la participación arranca de la dictación de una nueva Constitución que debe ser fruto de una Asamblea Constituyente integrada paritariamente por hombres y mujeres, empresarios y trabajadores, jóvenes y viejos, huincas y pueblos originarios. Debe contemplar iniciativas populares para la dictación de leyes.
3. Eduardo Frei: la formación del Comando de su candidatura es la mejor forma de mostrar cómo debe ser la participación, con ministros que no superarán los 40 años.
4. Sebastián Piñera: la participación se hará con Comisiones de expertos, jóvenes y profesionales, pues así se redactó su Programa de Gobierno, con consulta a los sectores populares.

No parece necesario insistir más, al respecto.

Otra de las circunstancias que hermana a las candidaturas de marras es aquella que proscribe toda referencia al tema de los derechos humanos. En realidad, la generalidad de los aspirantes a presidente parece pensar, como los chinos, que ‘lo dicho, dicho está y lo escrito, escrito está’. El pasado es pasado y casi no vale la pena remover viejas heridas. Es, por lo demás, el pensamiento que ha guiado al gobierno de la Concertación en su paso por las avenidas de la historia.

Tampoco existe en el discurso de los candidatos una mención a lo que ha de ser la política internacional del gobierno que han de encabezar; mucho menos una mención a la política de integración latinoamericana y al rol de Chile en dicho contexto, en un mundo que se globaliza cada vez más.

Las pocas referencias a la crisis económica mundial se orientan en una dirección que no difiere mayormente de la que sustenta el Ministerio de Hacienda: mostrar alegres cuentas que pasan de un lado a otro sin considerar para nada las oscilaciones de la economía mundial. Si bien el optimismo invade los mercados hoy en día, los investigadores se muestran cautos en cuanto a sostener que la crisis ha sido superada. Por el contrario, la enorme cantidad de dólares que ha necesitado emitir Estados Unidos para hacer frente a la crisis mundial hace suponer que los efectos de la misma solamente se han pospuesto y que pueden presentarse nuevos problemas. Sin embargo, los candidatos chilenos no consideran tales circunstancia sino parecen, hasta la fecha, estar cada vez más convencidos de estar disputándose el cargo de mayor representatividad en ‘el país de las maravillas’.

Muchas de las afirmaciones que formulan en el plano económico son bastante discutibles; construidas para un público dócil y poco exigente, los candidatos disputan entre sí por ofrecer mejores mercancías. Piñera ha llegado a comprometerse con los vendedores de la Vega ofreciéndoles dictar para ellos un estatuto que contempla siete puntos. ¿Qué ofrecerá a los zapateros remendones? ¿Y a las lavanderas? ¿Y a los demás segmentos de las clases postergadas?
No hay menciones más o menos aproximadas al problema de los recursos naturales ni al de la educación (que comprende el de la investigación), y cuando se hace, los datos que acompañan son incompletos, sus afirmaciones son antojadizas y pocas veces se advierte cierto dominio sobre los temas que acometen.

Las formas de hacer campaña política vigentes hasta hace un tiempo están olvidadas. El mercado domina en todos los aspectos y el candidato debe venderse de la manera que sea. El imperio de las formas farandulescas para cazar al elector incauto y asegurar su adhesión irrestricta al candidato de turno hace de toda la elección un espectáculo grotesco.
Frei baila al compás de su naríz y el slogan de su campaña es, precisamente, ‘vamos a ganar por naríz’.
Marco Enríquez-Ominami aparece en la franja televisiva en su hogar, tendido en la cama, en una idílica escena junto a su mujer, abrazado a su pequeña hija. Y, como si eso fuera poco, ofrece renunciar a su dieta parlamentaria (entiéndase bien, ‘dieta’, no los dineros adicionales a la dieta que son, a menudo, superiores a aquella) y la dona a una institución de apoyo a personas con problemas. Tierno, ¿verdad? Poco más de 3 millones de los casi 14 que recibe de ingresos. Pero, ¿es eso un sacrificio para el único miembro de una familia cuyos integrantes no parecen estar en la más completa indigencia? Su padre, Carlos Ominami es senador, con un ingreso que se eleva por sobre los 14 millones de pesos y antes fue presidente del Consejo de Televisión Nacional; su madre, Manuela Gumucio, dirige el programa de la Televisión Digital y es muy probable que su remuneración supere con creces la renta mínima de 160.000 pesos establecida para el chileno corriente. Su mujer, Karen Doggenweiler, pertenece al ‘jet set’ de la farándula y es funcionaria de la Televisión Nacional, área donde los sueldos no son en absoluto mezquinos. Pero estos gestos conmueven y el uso de los mismos arroja buenos dividendos electorales.
Piñera, por su parte, canta y baila junto a los mercaderes del Mercado Central prometiéndoles ser el presidente de todos ellos en tanto su canal (ChileVisión) lo muestra en casa, como un buen padre de familia, abrazado a su mujer.
Finalmente, Jorge Arrate, en pantalones cortos y mostrando sus piernas delgadas y pálidas, juega fútbol en una de las canchas de las poblaciones del gran Santiago.

Todo un espectáculo para convencer al elector incauto acerca de la necesidad de no ‘perder’ el voto. Como si éste fuese una inversión cuyo buen resultado es imperativo asegurar.

EL ESCENARIO DE DICIEMBRE DETERMINA EL DE ENERO

El escenario de diciembre ofrece tan sólo dos alternativas: que Frei Ruíz-Tagle gane el segundo lugar o que lo haga Enríquez-Ominami Gumucio. Piñera tiene asegurado el primer o segundo puesto; es decir, Piñera va de todos modos. La incógnita se coloca al lado de los candidatos de la Concertación (tanto Frei como Enríquez-Ominami y Arrate son candidatos de la Concertación, aunque estos últimos lo nieguen: de una u otra manera se sienten herederos de la política de la presidenta Bachelet y se aferran a su figura.). Que gane uno u otro es importante para el escenario de una segunda vuelta.

En efecto, en este escenario, si Piñera y Frei son los ganadores en diciembre, lo más probable es que la presidencia de la República caiga en manos del segundo y no del primero. Hay razones para suponerlo: la gran mayoría del contingente electoral que apoya a Enríquez-Ominami está constituida por funcionarios estatales, o sujetos que realizan sus negocios a través de los contactos con altos funcionarios estatales; la estabilidad de sus ingresos depende, en gran medida, del gobierno de turno. Al ver amenazada su fuente de vida, ante un eventual gobierno de Piñera, volcarán a Frei su apoyo, aunque sea a regañadientes. Por su parte, los seguidores de Arrate también entregarán sus votos al candidato oficial de la Concertación. Históricamente, la militancia del partido Comunista, profundamente conservadora, siempre lo ha hecho; también, gran parte de los humanistas. No hay razón para suponer que en esta oportunidad adoptarían un comportamiento diferente; con mayor razón si celebran un convenio con los partidos de la Concertación que les asegure ciertos cupos parlamentarios, y tienen la posibilidad de constituirse en parte de la burocracia estatal.

Sin embargo, si los ganadores de la primera vuelta son Piñera y Enríquez-Ominami, en una segunda las cifras parecen sonreír al candidato de la Alianza por Chile. Las razones también son obvias. Las fuerzas de la Concertación están integradas, entre otras organizaciones políticas, por el partido Demócrata Cristiano DC cuyas bases no se sentirán muy a gusto votando por el candidato independiente; por el contrario, es dable suponer que sí lo harían por Piñera. Puede suponerse que, colocados en ese dilema, gran cantidad de comunistas apoye a Enríquez-Ominami, aunque no sea posible afirmarlo con seguridad. En ese caso, tanto el candidato como su equipo asesor deberán tragarse todo lo que han dicho en cuanto a rechazar cualquier tipo de acuerdo o negociación a fin de obtener cualquier tipo de apoyo que les permita ganar a Piñera. Pero ello conlleva un riesgo: puede precipitar el apoyo masivo de los demócrata-cristianos al candidato de la Alianza por Chile. Lo cierto es que, en este escenario, parece más probable que Piñera sea el próximo presidente y Enríquez-Ominami termine, en esta oportunidad, su carrera presidencial haciéndose acreedor al triste calificativo de ‘sepulturero de la Concertación’, lo cual no parece ser algo que le preocupe en demasía.

Así, en definitiva, la lucha por representar los intereses de las fracciones hegemónicas del Bloque en el Poder se ha desatado y debe resolverse en breve. Los sectores populares sólo deberán enfrentarse a la alternativa de conformarse con ser clientela electoral de los candidatos limitándose a ‘comprar’ las imágenes que éstos venden de sí mismos o restarse a ello. Las elecciones a realizarse próximamente, aunque se manifiestan como aparentemente sencillas, no lo son en la práctica. Porque pesa en la mente del elector la carga cultural y la ideología vigente. Pero lo cierto es que, gane quien gane, no serán los sectores populares quienes lo hagan. Por el contrario: como bien lo expresara Reynaldo Temprano Azcona hace más de 50 años, ‘reine quien reine y gobierne quien gobierne, siempre dependerá de los humildes servidores que se sientan en los sillones de la banca’. Porque, una vez más, el triunfador volverá a defender eficazmente el interés de las fracciones bancaria y comercial al interior del Bloque en el Poder. Lo repetimos, una vez más: los candidatos no representan a los sectores populares, aunque se CREA lo contrario. La sentencia aquella según la cual ‘la fe mueve montañas’ no es más que una simple alegoría. No basta CREER para suponer que un candidato va a representar los intereses de las clases postergadas; es necesario que lo haga real y efectivamente, y que tras su candidatura, nacida de una deliberación popular, organizados a su manera en sindicatos, organizaciones sociales, partidos, movimientos, se alineen las legiones de trabajadores, cesantes, pobladores, jubilados, estudiantes, dueñas de casa, pueblos originarios, inmigrantes y, en general, todas las víctimas del sistema vigente y quienes desean crear una sociedad más humana, solidaria y fraterna.

Noviembre de 2009

lunes, 29 de junio de 2009

BASTA !!! ¡¡¡¡ Los golpistas no pasaran !!!


¡¡¡...como un solo puño, una sola bandera, ABYA YALA debe responder...al golpe, solo responder con un golpe, una sola voz... La Izquierda revolucionaria dice...LIBERTAD PARA HONDURAS